¿Qué es la tragedia? ¿Es tan solo un género literario o es acaso algo más? Desde antiguo, las civilizaciones intentaron explicar -en obras como Antígona o Edipo Rey, o también en la Biblia- las circunstancias inevitables del mundo, derroteros imposibles de corregir y que parecen capturar a sus personajes.
El enfrentamiento del ser humano con el acontecer (la naturaleza, los enemigos, la guerra o la familia) fue registrado literariamente por los griegos, como un esfuerzo del espíritu humano, según se ha dicho, por aclarar el enigma del universo, por entender el sentido último de la existencia humana.
Pero desde la Grecia antigua han transcurrido miles de años, y con ellos, también ha cambiado nuestra forma de entender la tragedia. En El dios de la máquina, Joaquín Trujillo analiza esta tradición, que pasa por Roma y el derecho, por las tragedias del clasicismo francés, la ópera y un sinfín de obras literarias, ensayos y propuestas filosóficas que dan respuesta a esta incógnita.
En este extraordinario y descomunal ensayo, Trujillo intenta explicar cómo hemos llegado hoy a entender la tragedia, cómo se ha pasado de lo que era considerado inevitable, regido por la mano de los dioses, a la alta probabilidad: dimensiones infinitesimales donde antes había una dimensión única y cerrada. Ha sido el derecho -sugiere Trujillo- el que se ha presentado como el mayor antagonista de la tragedia, y es esa disputa la que se analiza este brillante libro, plagado de conexiones llenas de agudeza, en que se contrastan y emparentan conceptos como revolución y terremotos, tragedia y probabilidades, derecho y literatura, y que vuelven a mostrar el potencial ensayístico y filosófico de las obsesiones de su autor.