Bestiario de Suralia

Desde que la imaginación desbordo al homosapiens se ha precipitado el desarrollo de la especie y, en menos de un segundo de la escala de la evolución, estamos donde estamos. En el camino, esa misa imaginación, que habita los dos lados de la frontera entre el conocimiento y la fantasía, ha creado bestias de todos los tamaños y colores. El unicornio, la mantícora, el ave fénix, el centauro, las sirenas, el ciclope o el dragón son algunos ejemplos. Toda la literatura se podría entender como un compendio de bestias (nos referimos a los seres imaginarios, no a los escritores). No es casual que el primer libro de Borges sea el “Bestiario” y años después haya concebido “El libro de los seres imaginarios”.

El sur del continente americano es un fértil terreno para el afán de sincretismo bestial del mono más adelantado. En una dimensión paralela esta SURALIA, territorio poblado de bichos conmensurados y de paisajes sobrecogedores. En este Bestiario recopilamos algunos de los muchos seres, artilugios, costumbres y vida social que peregrinan sus calles, bosques y mares.