“En la poesía de Javier Bello todas las cuentas pendientes de la infancia, tanto la personal como aquella interminable cascada de horror de la historia humana, parecen actualizarse en imágenes violentas y sensuales que repelen cualquier tranquila interpretación racional para emerger, una y otra vez, en el brillo del presente: vivos los muertos, abiertas las sepulturas, despedazados los dioses y los padres, devorados los amantes en el espacio de un bosque nocturno o de una ciudad medieval que, mirada con atención deja ver, por debajo de las veladuras de una tradición simbólica y literaria, bosques y pueblos del sur de su Chile natal.” Diana Bellesi