Hermano ciervo

«Los personajes de Hermano ciervo no gritan, no hacen deportes, no van a fiestas. Es gente tímida, que nunca estuvo en la cumbre, gente de apariencia templada que arrastra el tiempo y grita en silencio. Gente sola, que no quiere estar sola. Hijos, padres, peluqueros, estudiantes, hermanos, pensionistas, amantes: tipos comunes y corrientes, que miran cómo se les va la tarde o se trizan sus vidas con el mismo gesto indolente. Sin alardes, con respeto o aquiescencia o, quizá, sincera resignación frente a la desgracia.» Alejandra Costamagna

«Extraordinario y entrañable (…) este libro, tal como sus personajes, no es parte de una carrera sino que es lo que es: un objeto delicado, triste, solo, pero no por eso menos poderoso o grande. No hace falta tiempo para que mejore o se potencie; solo le hace falta encontrar a los lectores correctos.» Alberto Fuguet

«Hermano ciervo es un hervidero de fantasmas, del pasado y del futuro. Son los hijos, hijos reales, hijos nonatos, hijos imaginarios; también los hermanos frágiles y amigos traidores, que son como hermanos. Y en “Gansos” —probablemente el cuento más bello que se haya publicado en 2011 en un país que ha vuelto a vivir la esperanza política de la mano de sus jóvenes— está también el padre abandonador, que protagoniza una escena conmovedora y cuya presencia/ausencia se proyecta en los otros relatos de abandono.» Lorena Amaro

«No se trata solamente de que las historias o las tramas estén bien trabajadas, los personajes armados de manera convincente, ciertos momentos estelares magníficamente construidos, o las transiciones temporales se nos antojen perfectas. Se trata de una cualidad particular que parece tener Roncone: un ojo clínico para determinar el mejor momento narrativo. (…) Hay cariño por los personajes en este libro, compasión por las vidas que les ha tocado vivir, a ratos incluso cierta esperanza velada de redención. La misma esperanza que, al terminar el libro, siente uno como lector por la literatura chilena.» Francisco Díaz Klaassen

«Una literatura del fragmento que, a su vez, se retira, explora, el ámbito privado, fundamentalmente, como unidad celular. La familia, entonces, es una bestia que ronda herida, desquiciada. Al acecho. Pero a diferencia de la oscuridad donosiana se impone en Roncone, finalmente, un resplandor lejano. La posibilidad de alguna forma de redención.» Hernán Ronsino

«Se trata de 8 cuentos secos, afilados y precisos como una gillete, lo suficientemente poderosos para dejar un sabor amargo en la garganta. Dos piezas imperdibles: Gansos y Muerte del canguro.» Martín Jali

«En Hermano ciervo las circunstancias de los personajes empujan y condicionan sus acciones. Circunstancias como la del peluquero que ya no puede soportar que quien atropelló a su único hijo tenga a los suyos sanos. O como la de los amigos que viajan al sur, pero perciben estar yendo al norte, y entre quienes dejará de haber secretos cuando el único canguro sobreviviente de un accidente aéreo se les cruce en el camino. O como la del hermano de un suicida que al ver que nadie se hace preguntas ni trata de encontrar las causas de esa muerte decide buscar una explicación. Circunstancias de una vitalidad infructuosa, cotidiana y estéril. En este libro, las experiencias serán iniciáticas o no serán.» Culturamas, España

«Juan Pablo Roncone debuta con un libro sólido, honesto, centrado e impecable. Poco dado a la dispersión, Roncone manifiesta de entrada lo que a otros les cuesta una vida alcanzar: la voz propia. Cyril Connolly, el literato inglés, se quejaba siempre de que el crítico pierde los mejores años de su vida dedicándolos a la mediocridad ajena. Hermano ciervo, por su parte, es uno de aquellos libros que hacen que el oficio del reseñista resulte grato e incluso alegre.» Juan Manuel Vial