Mala clase

La poética del óxido o callejón del poeta Harry Vollmer expone las zonas de agonía de la ciudad y sus personajes. La palabra poética busca alumbrar y amparar al caído y desposeído de entornos esencialmente armónicos mediante una subjetividad empática que humaniza a aquellos que la sociedad invisibiliza. Entonces, la mirada del poeta se vuelve reconocimiento del otro y la escritura adquiere una dimensión ética y social, pues la metáfora es un puente que conecta un sentir con una comunidad de sentido. La ciudad metaforizada en esta obra se caracteriza como una urbe relacionada con la naturaleza, donde aparecen bandurrias, pangues, leña, lluvia, ríos y el mar. La urbe es un espacio violento e indiferente que refleja las consecuencias de un sociedad individualista y consumista. En este espacio, el hablante transita por calles como si fuese un laberinto en el que se pierde junto a sus personajes. Sin embargo, cuando aparece el espacio natural, emerge la memoria emotiva que reactiva momentos y circunstancias, y junto con ella una subjetividad afectiva que revitaliza la interacción humana a través de la ternura.