No se vaya a secar esta lluvia
El sentido del poema, de los poemas, es hacia la fuga. Cada vez que emerge algo parecido a una confesión, a un yo lírico que quiere apuntar hacia dentro y hundirse en el yo, el verso se resiste y flota. Cada vez que la “tentación alegórica” aparece, el verso la elude. Lo que queda, tras esa serie de curvas inesperadas, de elusiones, de fintas, es un vaivén al que el libro invita a entregarse: un ritmo impecable, a ratos elegiaco, a ratos totalmente prosaico. Alia Trabucco
$9.000
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