Por el rabillo del ojo
«Dedicada al arte, no he cuidado bien mi hogar», escribió Sugita Hisajo. «No soy nada como mujer. Soy un vampiro. Una hereje. Siempre he sido acusada, presionada y escupida de esta manera por personas a mi
alrededor, por lo que pensé en el suicidio varias veces». Sugita nace en la prefectura de Kagoshima en 1890. Su padre era Ministro de Finanzas y, por motivos de trabajo, era trasladado constantemente. Antes de los 12 años, Sugita ya había vivido en Okinawa, Taipéi. En 1908 se gradúa de la Escuela Normal Superior para Mujeres de Tokio y en 1909 se casa con Udai Sugita, un pintor y profesor de arte. En 1911 y 1916 nacen Masako y Mitsuko, sus dos hijas.
En 1917 entra en contacto con el haiku, gracias a su hermano mayor, Gessen Akahori, y realiza su debut en la afamada revista Hototogisu que, en esa e´poca, era dirigida por Kyoshi Takahama. En 1936, por motivos que se desconocen, el mismo Kyoshi expulsa a Sugita de la revista, junto a Sojo Hino y Zenjido Yoshioka. Este hecho sin precedentes sume a la poeta en una profunda depresión.
En los haikus de Sugita se refleja la contradicción vital que la aquejó desde que comenzara a escribir: se debatía constantemente entre las exigencias sociales para una mujer de su condición social y sus ganas de
dedicarse a la literatura. Convencida de haber fracasado como madre, murió sin cumplir su deseo de consagrar su carrera en un libro que reuniera su poesía. Su hija Masako se dedicó a la publicación póstuma de su obra y a la defensa de una reputación mancillada después de una campan~a de despretigio encabezada por Kyoshi Katahama y el entorno de Hototogisu.
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