Relaciones laborales Diálogo en las organizaciones
Una distinción fundamental entre el autoritarismo y la democracia reside en que el primero dispone sus normas e instituciones para inhibir y evitar el conflicto o reprimirlo e invisibilizarlo si lo primero no es posible. La democracia, en cambio, no solo reconoce el conflicto, sino que lo acoge, generando instrumentos que permitan su solución efectiva, a partir del establecimiento de sus causas y los intereses involucrados, buscando modos a través de los que tales intereses, cuya contraposición genera el conflicto, devengan en situaciones que a veces, aunque sea transitoriamente, logren su compatibilidad y funcionalidad. No cabe duda de que la alternativa democrática es más difícil y trabajosa que la perspectiva autoritaria, pero, a cambio, es la única que puede aspirar a soluciones efectivas e integradoras, es decir, que la diversidad y contradicción de intereses en sociedades cada vez más complejas nos permita seguir viviendo juntos y en paz.
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