A través de este libro, el autor busca generar conciencia de dos de los más terribles peligros que acechan a la humanidad; la agresividad y la guerra. Desde un enfoque diferente, se pregunta si estos fenómenos serán o no parte de la esencia del ser humano. Para responder, se apoya en la antropología filosófica y sigue un camino lógico para comprender, desde lo más básico del hombre, de donde proviene nuestra agresividad y cómo se relaciona con la guerra.
El hombre ha podido llegar a la luna y explorar lo más profundo del océano. Sin embargo, uno de los más grandes misterios que enfrenta, y que aún no ha profundizado suficiente, está en él mismo; la esencia de su propio ser.
El presente texto, escrito previo a la guerra entre Ucrania y Rusia, plantea la necesidad de seguir explorando quién realmente es el ser humano, aceptando sus características y su esencia sin caer en buenismos ni fatalismo. La importancia de este conocimiento, en especial cuando se trata de facetas que pueden tener consecuencias negativas, se ve reflejada en las palabras de Konrad Lorenz:
“la agresión dentro de la especie, en la situación cultural, histórica y tecnológica de la humanidad, es el más grave de todos los peligros…. pero nuestras perspectivas de hacerle frente no mejoran si la aceptamos como algo metafísico e ineluctable, y tal vez sería mejor buscar el encadenamiento de sus causas naturales. Siempre que el hombre ha conseguido domar los fenómenos de la naturaleza ha sido gracias al conocimiento de las causas que lo determinan”
En estas páginas se presenta al ser humano como el animal que es, poniendo en relieve dos de sus más evitadas facetas, la agresividad y la guerra, pero a la vez lo despierta de la importancia de cultivar sus factores y potencias superiores que lo distinguen de las otras criaturas, para así trascender a la bestia.