Sueños de Valparaíso

«A medida que lo escribía se sentía más parte de lo que describía. Sin embargo, poco a poco, con el avance de la escritura también llegó una lenta y progresiva transformación. La observación naturalista de las calles, los objetos, los individuos, incluso sobre elementos como el agua o el aire. Y Valparaíso se convertía en un paisaje  cambiante, que crecía y se encogía, que entraba en erupción y luego se enfriaba. Al principio, intentó mantenerla ficción alejada del texto, pero esta se colaba por pequeños orificios, crecía, se dividía, parecía irse y volvía inesperadamente.»