Ventanas irreales

En las páginas iniciales de Ventanas irreales de Felipe Charbel se hace presente, de manera sostenida y casi ominosa (en el sentido de aglutinar lo extraño con lo familiar), una articulación entre el deseo de reformar la propia subjetividad y el ansia por avanzar hacia una nueva forma de escritura. Pulsión articulada que emerge a raíz del fracaso de un proyecto de pareja que consistía en vivir temporalmente fuera de Brasil, en una ciudad en la que se hablara otra lengua. El resultado, según lo admite el ensayista, fue la “infiernización” recíproca de ambas vidas.